«Los dos días más importantes de tu vida son el día en que naces y el día en que descubres por qué» fue la frase que hoy recordé de Mark Twain, en ella, se disimula la idea del «sentido» de la vida. En un mundo que avanza tan rápido, detenernos, al menos por un eventual instante, a pensar por qué vivir suele ser una abstracción insensata para muchos, para otros —me incluyo—: llena de
Ahora mismo, la razón por la que me gusta programar y el desarrollo de software en sí, es porque es emocionante pararme frente un problema, encontrar mil soluciones y luego buscar la más sencilla, eficaz y entendibles todas las soluciones. Y es que la vida comienza a carecer de sentido y dirección cuando dejamos de sentir emoción al enfrentarnos a un reto.
Símplemente me gusta :-). Con el tiempo he descubierto que me encanta "la plasticidad" del código... incluso más que el propio problema que se está resolviendo.
Y sabemos perfectamente cuándo disfrutamos y cuándo estamos siendo meros mercenarios.
De hecho, tener que volver de vez en cuando a Java (para poder ganarme la vida) me resulta cada día más costoso: nada hay menos "plástico" que Java, luna herramienta que me cuesta disfrutar.
Pero incluso en ese caso, tiene su "qué" que te hace sonreír.
Hay una frase que antes asumía pero de la que cada día discrepo más: "el lenguaje es solo una herramienta"... Un guitarrista y un pianista no componen igual su música: cada instrumento ofrece un rango y posibilidades interpretativas radicalmente diferentes... y hay excelentes compositores con ambos instrumentos... la maestría te hace sintonizar con tu instrumento (Incluso gente como Mike Oldfield que lo "toca" todo, al final siempre vuelve a su guitarra)
Muchas veces me pregunto: ¿con qué lenguaje con el que en algún momento logré verdadera maestría he logrado disfrutar más?
Conoces la respuesta y sé que no te va a gustar... mejor me la callo
En búsqueda del «por qué»
Ahora mismo, la razón por la que me gusta programar y el desarrollo de software en sí, es porque es emocionante pararme frente un problema, encontrar mil soluciones y luego buscar la más sencilla, eficaz y entendibles todas las soluciones. Y es que la vida comienza a carecer de sentido y dirección cuando dejamos de sentir emoción al enfrentarnos a un reto.
Símplemente me gusta :-). Con el tiempo he descubierto que me encanta "la plasticidad" del código... incluso más que el propio problema que se está resolviendo.
Y sabemos perfectamente cuándo disfrutamos y cuándo estamos siendo meros mercenarios.
De hecho, tener que volver de vez en cuando a Java (para poder ganarme la vida) me resulta cada día más costoso: nada hay menos "plástico" que Java, luna herramienta que me cuesta disfrutar.
Pero incluso en ese caso, tiene su "qué" que te hace sonreír.
Hay una frase que antes asumía pero de la que cada día discrepo más: "el lenguaje es solo una herramienta"... Un guitarrista y un pianista no componen igual su música: cada instrumento ofrece un rango y posibilidades interpretativas radicalmente diferentes... y hay excelentes compositores con ambos instrumentos... la maestría te hace sintonizar con tu instrumento (Incluso gente como Mike Oldfield que lo "toca" todo, al final siempre vuelve a su guitarra)
Muchas veces me pregunto: ¿con qué lenguaje con el que en algún momento logré verdadera maestría he logrado disfrutar más?
Conoces la respuesta y sé que no te va a gustar... mejor me la callo