Detrás de los conceptos
¿Qué tienen en comunes conceptos como Sistemas Distribuidos, Descentralización, Escalabilidad, Abstracción, Modelos, Entidades, Concurrencia, Asincronía? Una posible respuesta es que todos ellos son usados en el contexto de la computación, no exclusivos de ésta. Pero eso no explica qué son. Otra posibilidad es decir que todos ellos son creados bajo el amparo del código.
Un matemático habla de abstracción; un ingeniero mecánico habla de modelo; un psicólogo habla de asincronía —para referirse a las personas con altas capacidades que tienen un desarrollo intelectual que va por delante de su edad cronológica—; y, así sucesivamente. Parece que todos estos términos —y otros tanto más— no son exclusivos de la computación. Pudiendo estar en mayor o menor grado en otras áreas del conocimiento.
Así y todo: hay conceptos que ocupan una mayor significación según su época. Hoy, gracias a la computación en la nube, se habla más de escalabilidad que antes, por ejemplo. O piense en el concepto de Descentralización, antes de volverse populares las criptomonedas —y su amiga Blockchain—, no se usaba muy a menudo.
Estos conceptos existe gracias al código; y, es más, todos ellos son códigos, que le asignamos un nombre para facilitar nuestros pensamientos, poder comunicarnos mejor, y por un motivo último: a los humanos nos gusta clasificar. Siempre clasificamos todo. «Tú eres de izquierda», «Tú eres de derecha», no hay matices, pues la clasificación nos simplifica el pensamiento, como un atajo, como una salida a la reflexión. Y tiene sentido, ya que si no fuera así, comunicarnos se volvería tan complejo que deberíamos repetir las mismas frases cada vez que quisiéramos referirnos a una cuestión que se puede reducir a una o dos palabras. Los problemas ocurren cuando esas clasificaciones son apresuradas, o, cuando ambos, interlocutor y receptor, entienden el concepto de forma distinta.
Cambiamos los conceptos —computacionales— a paso que avanzan nuestras tecnologías. En unos años más surgirán otros conceptos, otros quedarán en desuso, otros se fusionarán, pero siempre guardando algo central: todos ellos, al fin de cuenta, son códigos.
Nada más que código.