He escrito otro libro. Supongo que en unos años más no recordaré la fecha de publicación de los anteriores. Escribo porque lo necesito. No gano dinero y es dudoso que gane algún prestigio. Porque la mayoría de los informáticos no leen, algunos dicen que tampoco escriben código, con suerte leen libros técnicos, y si lo hacen aplican una de las tantas técnicas modernas para no leer: leer en diagonal. Mover la mirada sin dirección, distraídamente, creyendo que entendieron algo, cuando en realidad ni el título ni el nombre del autor recordarán una semana después. En fin. Nada de eso me desmotiva.
Ahora estoy viviendo en un pequeño apartamento a las afueras de París, de unos 27 m², en la zona de Neuilly-Plaisance. Encontrar un lugar para vivir solo, con el dinero de una beca, es ya un logro. He evitado la incertidumbre de convivir con desconocidos. Pues nunca se sabe quién te puede joder el día. La vida, por tanto, ha transcurrido bien, estoy en una estancia doctoral —de dos meses— en el “impopular” Nokia Bell Labs, aprendiendo sobre Knowledge Graph y su integración con Large Language Models, mientras sigo avanzando en otros códigos y artículos y libros.
Mi cuarto libro se titula Palabras y Algoritmos. ¿Cómo la Inteligencia Artificial transformará la escritura? (Editado por Marcombo). La idea surgió a mediados del 2023, cuando estaba todo el revuelo de ChatGPT. Entre los múltiples usos que le di a ésta tecnología, estuvo usarla como un editor: encontrar horrores ortográficos, frases absurdamente complejas, repeticiones de palabras innecesarias y otras cosas. Entonces me di cuenta de que, bien usada, esta tecnología podría ayudarnos en la escritura. No para evitar que escribamos usando un prompt del tipo: “Dame la introducción a mi libro de programación, porque no sé escribir y quiero seguir siendo inhábil”, no, más bien como un editor sofisticado que conoce tu prosa y le ahorra tiempo a un editor humano.
En este libro, de unas 200-250 páginas, que es mi primer ensayo, exploro cómo se relaciona la escritura humana y la escritura artificial. Como la escritura humana es una tecnología, y cómo ha evolucionado en el tiempo, mientras convive con los avances tecnológicos de la IA. En él presento la idea de “escritura simbiótica”, que viene a ser una nueva forma de escritura humana asistida por la IA, pero que no busca ser un reemplazo a la creatividad humana, ni ser un alentador de la pereza, sino un potenciador creativo. Fue una excusa para leer y aprender sobre temas fuera de mi campo de estudio, como también medio para rendirle homenaje a escritores que admiro. Y es que siempre me he declarado un Informático Humanista, que significa simple y llanamente: un informático que no olvida el lápiz y el papel.
Tampoco pretendo dar más detalles del libro en esta entrada, pues falta un tiempo para su publicación. Sólo deseaba hacer un ping a los suscriptores del newsletter, mencionar que aún sigo vivo, y que todavía no es necesario darse de baja. Aunque usted es libre de hacer lo que quiera, por supuesto, incluso de invitarme un café, pero sobre todo para decirle que pronto regresaré con nuevas cosas.
Au revoir, à la prochaine.
Por acá estaremos esperando a que sus libros salgan para libros electrónicos y nos lanzamos de cabeza, amigo. Saludos y un gusto saber que sigues y seguirás escribiendo, no lo dices explícitamente, pero cuando uno se da cuenta de que hace algo por uno mismo y no por el resultado, difícilmente es algo que deje de hacer.