Hoy me enteré de que, en la cafetería que visito cada día, han subido el volumen de la música de ambiente (¿Jazz?) —de modo deliberado— para evitar que la gente se dedique a conversar por teléfono o incluso gritar.
Sobre un libro de programación que no deseo…
Hoy me enteré de que, en la cafetería que visito cada día, han subido el volumen de la música de ambiente (¿Jazz?) —de modo deliberado— para evitar que la gente se dedique a conversar por teléfono o incluso gritar.