Sobre un libro de programación que no deseo hablar
camilocs.substack.com
Hoy me enteré de que, en la cafetería que visito cada día, han subido el volumen de la música de ambiente (¿Jazz?) —de modo deliberado— para evitar que la gente se dedique a conversar por teléfono o incluso gritar. (Esto me lo alertó un espía que frecuenta la cafetería al igual que yo, que, por casualidad, resulta ser también un informático.) Me parece una medida acaso efectiva, pero que no deja de ser molesta. Sobre todo para mí que soy susceptible al ruido. Una vez más mis auriculares con cancelación de ruido me han salvado.
Sobre un libro de programación que no deseo hablar
Sobre un libro de programación que no deseo…
Sobre un libro de programación que no deseo hablar
Hoy me enteré de que, en la cafetería que visito cada día, han subido el volumen de la música de ambiente (¿Jazz?) —de modo deliberado— para evitar que la gente se dedique a conversar por teléfono o incluso gritar. (Esto me lo alertó un espía que frecuenta la cafetería al igual que yo, que, por casualidad, resulta ser también un informático.) Me parece una medida acaso efectiva, pero que no deja de ser molesta. Sobre todo para mí que soy susceptible al ruido. Una vez más mis auriculares con cancelación de ruido me han salvado.