El filósofo español, José Ortega y Gasset, dijo: «la claridad es la cortesía del filósofo», y que apela a que se pueden plantear cuestiones importantes en filosofía sin caer en un lenguaje oscuro, intrincado, que admite una falsa sofisticación y oculto detrás de una máscara de «profundidad». Algo similar ocurre con la programación.
He pecado de decir "Mientras funcione no le muevas".
Bellísimo artículo.
Sólo te refuto la insinuación de que la industria del siglo XX no sufría del mismo problema.
El oscurantismo y los incrustados los han habido desde siempre (el casi medio siglo de la industria del software)