La ley de Hofstadter: «Siempre se tarda más de lo que esperas, incluso cuando tienes en cuenta Ley de Hofstadter». Este juego de palabras que, a su vez, nos lleva a otras palabras, porque palabras llevan palabras —dicen los adictos a ellas, entre los cuales me incluyo—, nos hace reflexionar sobre un tipo de infinito, uno que alcanzarlo se vuelve inimaginable.
Los recuerdos son eternos mientras puedan rememorarse... que deba ser la mente que los crea la única que los posea es cuestión de tiempo (¿o no?): ¿podremos fotocopiar mentes?... igual la física cuántica y el principio de incertidumbre lo prohíbe... pero este recuerdo en concreto es formal y transferible por escrito... ¿los recuerdos no formales son realmente recuerdos o la mera rememoración los transforma?... y volvemos a la física cuántica: observar implica cambiar (colapso de la función de onda). Si los recuerdos cambian: ¿son una ficción? ¿nos engañamos todos los días?¿conocerte a tí mismo implica que aceptas que no eres un ser definido?... me he vuelto a ir de tema Camilo (a buen entendedor): ese soy yo.
Los recuerdos son eternos mientras puedan rememorarse... que deba ser la mente que los crea la única que los posea es cuestión de tiempo (¿o no?): ¿podremos fotocopiar mentes?... igual la física cuántica y el principio de incertidumbre lo prohíbe... pero este recuerdo en concreto es formal y transferible por escrito... ¿los recuerdos no formales son realmente recuerdos o la mera rememoración los transforma?... y volvemos a la física cuántica: observar implica cambiar (colapso de la función de onda). Si los recuerdos cambian: ¿son una ficción? ¿nos engañamos todos los días?¿conocerte a tí mismo implica que aceptas que no eres un ser definido?... me he vuelto a ir de tema Camilo (a buen entendedor): ese soy yo.